El amor nace de la vista ¿?

El amor nace de la vista ¿?

    El amor a primera vista es un fenómeno en el que creen incluso aquellos que nunca lo han experimentado, supone el concepto más romántico de todos los tiempos. Le puede ocurrir a cualquiera, cruzar la mirada con un desconocido y sentir esa sensación de rápido enamoramiento, un flechazo intenso, una atracción irremediable que te lleva a creer que has encontrado tu alma gemela.

    Es cierto que esta sensación se da, es algo tan sencillo como el rocío de la mañana. Existe una química especial entre algunas personas que los lleva a ser el uno para el otro. Y, teniendo en cuenta que al amor no hay que dejarlo ir ni hacerlo esperar, es una buena experiencia que nos puede acercar a esa felicidad que parece tan complicada de alcanzar.

    Pero el amor hay que alimentarlo cada día, con elevadas dosis de cariño y comprensión, con el respeto como arma poderosa para lograr una convivencia placentera y eterna. Si de la vista nace el amor, es necesario una segunda mirada que nos proporcione la respuesta.

    Es posible que esta atracción apasionada suponga el comienzo de un amor verdadero. No obstante será el conocimiento el que nos lleve a ver si es lo que realmente esperamos, si el ser que tanto nos cautiva es -en verdad- nuestra media naranja.

    Mientras existan el Sol, la Tierra y la Vida, seguirán surgiendo este tipo de conexiones maravillosas que nos llenan de sentimiento y de nobles intenciones. Sin embargo, el amor estaría incompleto sin los pequeños detalles que valoramos en una relación. Creo que esta frase de Francisco de Quevedo lo resume a la perfección: “Amor de una sola vista nace, vive, crece y se perpetúa”.

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